Mochilas escolares y dolores de espalda.

Cuatro de cada diez niños y la mitad de los adolescentes sufren de dolor de espalda, lo que reduce su actividad diaria y su calidad de vida. El riesgo de que nuestros hijos padezcan dolores de espalda,  es debido, entre otros factores, al transporte de un peso excesivo en carteras y mochilas, a posturas incorrectas o al sedentarismo.

Mochilas escolares.

Alumnos, padres, profesores y médicos coinciden en la necesidad de encontrar la mejor manera de trasladar el material escolar de los más pequeños.  

La mochila es el medio más empleado por niños y adolescentes para transportar el material y también parece la opción más interesante, siempre que se haga una elección acertada de ésta y se  acompañe de un uso adecuado, pues aunque hay otras opciones para transportar el material escolar (bolsos, carros, carteras, bandoleras,…) la mochila resulta el medio más aconsejable, ya que, los que soportan el peso de la carga son los grandes y potentes  musculos de la espalda y el abdomen.

 En las familias nos enfrentamos en ocasiones a unas listas de materiales tan variadas que hacen difícil seleccionar la mochila más adecuada para la salud y la comodidad de nuestros hijos y si a esto unimos las tendencias de moda sobre mochilas escolares, se complica bastante su elección.

La mochila debe tener unas características  para que resulte un medio de transporte saludable. Su diseño y su uso debe ser el adecuado, ya que debe distribuir uniformemente la carga sobre los músculos más fuertes de la espalda, además hay que tener en cuenta otros factores como son: la colocación de la carga, la distancia recorrida, el tipo de trayecto que realizan, las características (peso, estatura,…) del niño o niña, etc.

Existen una serie de recomendaciones y consejos que nos pueden ayudar en la elección de la mochila más  adecuada para nuestros hijos:

• Cerciórese de que la mochila sea de un tamaño apropiado para el niño. Los espacios más grandes animan a llenarla excesivamente.

• El contenido de la mochila no debería pesar más del 10% del peso corporal de los niños.( En este peso debe ir incluido  tanto el peso de la propia mochila como el del contenido).

• Las mochilas con compartimientos posibilitan una mejor organización del material escolar y hacen una carga más estable, como la de los excursionistas.

• El tamaño de la mochila debe estar determinado por el peso y la estatura del niño o niña. Un tamaño igual o inferior al del torso del niño, para no sobrecargar su eje de gravedad (2ª vertebra lumbar). Su diseño debe permitir que el peso descanse sobre las vértebras dorsales.

• La parte baja de la mochila debe quedar unos cinco centímetros por debajo de la cintura, para no sobrecargar la zona lumbar de la espalda.  Es necesario tener cuidado con la moda de llevar la mochila muy baja, separada de la espalda y que descansa el peso sobre la zona lumbar y sobre los glúteos.

• Las correas deben ser anchas y acolchadas, que permitan la regulación del respaldo que, preferiblemente, será también acolchado. 

• Es muy recomendable que tenga una correa que permita que la mochila se ciña a la cintura para repartir el peso entre los hombros y la columna, y además impedirá que la carga oscile al estar fijada en la cintura, evitando tirones y otros problemas añadidos.

Para que sea más duradera, habrá que tener en cuenta el material de fabricación según las condiciones climatológicas, lo que podrá hacer necesario un material aislante o impermeable, así como las distancias recorridas y los tipos de trayectos que se hagan con la carga.

Además de la elección de una mochila adecuada, también hay que darle un uso adecuado  para ello existen otra serie de recomendaciones en las cuales se hace imprescindible la supervisión de nosotros los padres:

• El orden y la limpieza son fundamentales para hacer más cómodo el transporte.

• Debemos tener en consideración la colocación adecuada de lo que transportamos, la racionalidad de lo que se mete en la mochila y revisar y limpiar periódicamente la mochila para desechar lo innecesario o lo que se deja olvidado en ella.

• Es fundamental la colocación de la carga para que el transporte se realice de la manera más cómoda, así se debe ordenar la mochila de manera que lo más pesado y voluminoso quede cerca de la espalda y situado de manera vertical a ser posible.

• Ajustar bien los tirantes a los hombros, cuidando que quede apoyada sobre la zona dorsal, no sobre la zona lumbar.

• En los trayectos principales y al subir y bajar escaleras en el centro escolar se deberían utilizar las correas del pecho y/o la cintura para mejorar el ajuste de la mochila.

• Si tiene diferentes compartimentos, hay que repartir la carga entre estos de manera equilibrada y simétrica.

• Usar ambos tirantes, nunca solo uno. Aunque la carga que se transporta parezca ligera, todo el peso en un solo hombro, además de sobrecargar éste, desequilibra la postura, al forzar más una determinada parte del cuerpo.

• Desechar lo que no sea necesario y ordenar periódicamente la mochila.

Por último reseñar que además de estas recomendaciones, hay otras,  que deberián de seguir los organismos competentes (Estado, profesores, editores, Ampas...) con el fin de  mejorar  y disminuir el peso del material escolar:

• Que desde las diferentes administraciones públicas, tanto educativas como sanitarias, se elaboren planes y directrices concretas para corregir y eliminar el exceso de peso en las mochilas escolares.

• Que la actividad en el aula no requiera del transporte diario de materiales, tanto por el uso de otros distintos al libro de texto, como por el uso de comunes en el aula para la realización de las clases.

• Organizar los horarios escolares y los trabajos de casa de una manera racional pensando en la salud del alumnado y en el material que deben transportar para su realización.

•  Colocación y uso generalizado de taquillas.

• Separar los libros de texto por temas, capítulos, etc. Supresión de los libros de texto en su diseño actual y como parte indispensable del aprendizaje en el aula.

• Transportar sólo lo necesario. Dejar en el aula o en casa el material que se emplee en estos lugares. Esto se puede hacer si existe una adecuada organización y planificación del trabajo teniendo en cuenta el peso del transporte de los materiales escolares.

• Las recomendaciones de compra de material de inicio de curso también se deben hacer pensando en el peso y tamaño de éste, buscando el bienestar de los alumnos y considerando lo que pueda ser más cómodo para ellos.

• Innovar, buscar nuevas formas de trabajo, utilización de las nuevas tecnologías tanto en el aula como en casa. Favorecer el uso de soportes informáticos para la presentación de trabajos, considerando además que con ello fomentamos el respeto al medio ambiente al disminuir la cantidad de papel que utilizamos y desechamos.

• Participación activa de los padres y madres a través de las AMPAS en la elección del material y de la organización del trabajo más adecuada. Impulsar que este tema se discuta y se decida en el Consejo Escolar del centro, no esperar a que nos den la lista de material y de libros de texto como algo cerrado.

• Unificar las peticiones de los distintos profesores para que puedan usarse materiales comunes, como por ejemplo: cuadernillos de uso múltiple para varias materias, archivadores para varias asignaturas, etc.

• Compartir libros y material dentro del aula: diccionarios, material de trabajo que no haga necesario su transporte, etc.

Posturas incorrectas. 

         

Generalmente, los problemas de la espalda se producen por malas costumbres posturales que, si no modificamos a tiempo, acabarán dañando seriamente la columna vertebral. Es importante corregir los malos hábitos desde la infancia, adoptando las posturas y movimientos adecuados hasta que resulten espontáneos y naturales. Para los expertos, los orígenes de las malas posturas pueden ser:

1. Cuando nos mantenemos mucho tiempo en la misma posición, ya sea de pie, sentados o acostados.
   
2. Si adoptamos prolongadamente determinadas posturas que aumentan nuestras curvas fisiológicas.
   
3. Siempre que realizamos grandes, o pequeños, esfuerzos pero muy repetidos.
   
4. Ante movimientos bruscos o posturas muy forzadas.
   
5. Principalmente, cuando físicamente no estamos fuertes.
   

Uno de los orígenes de las malas posturas se produce en la infancia, cuando no nos sentamos bien en el colegio o cuando estudiamos. Cuando los niños están sentados, estudiando o frente al ordenador deben seguir una serie de normas básicas.

Estudiando:

• En clase o al hacer los deberes en casa, deben sentarse lo más atrás posible en la silla. La postura es correcta si pueden apoyar los pies en el suelo y mantener las rodillas al mismo nivel o por encima de las caderas. 
• Utilizar un atril para estudiar.
• Deben mantener la espalda recta y los brazos o codos apoyados.
• Han de cambiar de postura con frecuencia e intentar levantarse y andar cada 45-60 minutos.
• Los giros parciales se deben evitar, es preferible girar todo el cuerpo a la vez.
• Hay que explicarles que si el mobiliario escolar les impide sentarse correctamente, deben decírselo a su profesor.

Delante del ordenador: 

• La pantalla debe estar a unos 45 centímetros de distancia, frente a los ojos, y a su altura o ligeramente por debajo.
• El teclado ha de estar bajo, para no levantar los hombros y para poder apoyar los antebrazos en la mesa.
• La elevación del teclado sobre la mesa no debe superar los 25º.
• Las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado unos 90º.
• Si usan prolongadamente el ratón, debe alternar cada cierto tiempo la mano con la que lo maneja.
• A ser posible, la iluminación debe ser natural y, en todo caso, se deben evitar los reflejos en la pantalla.

Sedentarismo.           

Este es el otro de los tres factores principales que influyen en los dolores de espalda de los mas pequeños y es que, la televisión, los ordenadores, las videoconsolas, los estudios... no dejan mucho tiempo a los niños para la práctica de ejercicio y  actividades físicas, lo cual los convierte en seres sedentarios, con   una falta de fuerza en la musculatura que les provoca que su cansancio se produzca antes y, con él, también el dolor. Por eso es importante que:

• Procuremos que practiquen ejercicio regularmente para potenciar la musculatura de su espalda. Diversos estudios demuestran que reduce su fatiga y mejora su resistencia, lo que le permite afrontar mejor el transporte de una carga excesiva.
• Los animemos a participar en actividades atléticas y gimnásticas.
• Los incitemos a que se inicien en la práctica de un deporte saludable.

Para acabar este artículo una ultima recomendación y consejo:

• Si a su hijo o hija le duele la espalda, no dude en consultar al médico. Cuanto antes se tomen las medidas necesarias, mejor.

J.M.R. El blogger.

Fuentes: Fapa (Federación de Asociaciones de Padres)